NIÑAS VENEZOLANAS CREAN NEGOCIO DE CATERING QUE EN UN AÑO FACTURA CIENTOS DE DÓLARES EN MIAMI

  • Todo inicio con un reto de los padres: para apoyarlas en su idea empresarial debían estar en el cuadro de honor del Colegio… y ahora son unas exitosas emprendedoras, antes de alcanzar la mayoría de edad

(Tomado en parte del portal argentino La Nación)

Mientras que a los 11 años la mayoría de los niños están enfocados en sus estudios primarios y en jugar, las gemelas Alana y Arantza Urbina Ruiz, dos niñas venezolanas hoy próximas a cumplir los 13, crearon un exitoso emprendimiento de carritos de comida en Miami, Florida que a poco más de un año de haber arrancado ya factura varios cientos de dólares.

Tras prometer que no iban a descuidar los estudios, y luego de quedar destacadas en el cuadro de honor del Colegio, obtuvieron el permiso de sus padres para arrancar con su proyecto que, en pocos meses creció tanto que su madre se sumó y ahora trabaja para ellas. “Tuvimos la idea en vacaciones y en Enero hicimos nuestro primer evento”, dijeron las menores.

DE LA IDEA A LA REALIDAD: ASÍ NACIÓ EL EMPRENDIMIENTO

La idea surgió en Diciembre de 2023. En ese momento, con solo 11 años las niñas empezaron a soñar con tener su propio carrito de comidas donde pretendían fusionar distintos platillos y sabores. Estaban en vacaciones y le contaron su plan a sus padres, explicaron en una entrevista al Programa Primer Impacto, de Univisión. La condición para poder empezar su negocio era salir en el Cuadro de Honor del Colegio. Y cumplieron.

“Debo confesar que pensé que eso no iba a suceder”, relató la madre de las niñas, Mandy Ruiz Pisani. Se equivocó. “En Diciembre, cuando me llegó la carta que las dos quedaron en el Cuadro de Honor, yo dije: ‘Uy!!! Ok, ahora me toca comprar el carrito’”, contó entre risas.

Junto con su esposo, José Manuel Urbina, que trabaja en el mantenimiento de aviones en el aeropuerto, decidieron apoyar el sueño de las chicas. Y les compraron el primer carrito para que pusieran en marcha su emprendimiento. “Mi esposo me decía: ‘¿Qué es lo peor que puede pasar? Que quede como un tender de ropa ahí en la casa’”, recordó la mujer.

Eso no pasó. El negocio fue un éxito. Hoy las hermanitas son dueñas del emprendimiento que bautizaron como Le chic food cart y tienen no uno, sino seis carritos: uno de hot dogs, otro de chori panes, otro con comida cetogénica (dieta que está de moda, alta en grasas, baja en carbohidratos y moderada en proteína), uno de arepas y otros dos con diferentes platillos, que ofrecen sus servicios para eventos, y recién acaban de integrar un food truck de helados.

CRECIMIENTO VERTIGINOSO

Con el correr de los meses, la demanda de eventos y servicios gastronómicos superó las expectativas. Mandy, la madre, tomó una decisión clave: dejó su trabajo, en una oficina de abogados de inmigración, para acompañar el crecimiento del proyecto. “Hoy en día trabajo 100% para mis hijas», explicó.

Mientras las niñas estudian, Mandy se encarga de cubrir los eventos. “Cuando hay un evento en la mañana, tengo que ir yo. Las dejo en el colegio, me voy al evento, monto todo, les paso la foto, ellas sugieren: mueve esto, quita esto y aprueban; después las busco y así sucesivamente”, relató, porque a pesar del enorme trabajo a estas alturas aún no cuentan con ningún empleado, solo los padres —el papá apoya cuando su trabajo se lo permite— y las dos hijas.

La organización del negocio se divide según las fortalezas de cada hermana. “Mi fuerte son los números. Como hay cosas que aún no entiendo, y mi papá también es muy bueno con números, él me ayuda”, contó Alana. Arantza por su parte dijo que se concentra en el área creativa: “Yo me encargo del marketing y mi mamá me ayuda con los videos”.

IR A LA UNIVERSIDAD Y APOYAR A OTROS EMPRENDEDORES

Las hermanas Urbina Ruiz saben lo que quieren. El dinero que ganan con su negocio tiene un destino claro: “una parte lo reinvertimos y la otra lo guardamos para cuando vayamos a la Universidad”, dijeron.

Además de estudiar en la escuela, ambas cursan formación en marketing digital y mentalidad empresarial. Según contaron, más adelante quieren ayudar a otros inmigrantes a emprender. “Nos vamos a concentrar en ayudarlos para que ellos puedan hacer lo que les gusta y para que puedan tener las herramientas para empezar su negocio”, explicaron.

La familia Urbina Ruiz son cuatro de los muchos venezolanos que han abandonado su país debido a la situación política y económica de los últimos años. Cuando las jóvenes emprendedoras tenían solo un año de edad, salieron de su natal Caracas hacia Argentina, donde ya vivía la familia de la madre, según comentó la propia Mandy.

En Argentina vivieron 8 años y se trasladaron a Estados Unidos, concretamente a Miami, Florida, en busca de una mejoría económica, y lo están logrando de la mano de las pequeñas emprendedoras, en tanto esperan una solución positiva a su trámite migratorio, pues actualmente los cuatro están por asilo político.

CONTACTO:

https://www.instagram.com/lechicfoodcart

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