- José Hernández, el hijo de un matrimonio michoacano que desde niño soñó con ir al espacio exterior, logró su meta aplicando la receta que le dio su padre
TIJUANA.- No se sabe si en la vida real don Salvador Hernández, el papá de José Hernández, el primer astronauta inmigrante mexicano, dio a su hijo las claves para alcanzar el éxito, o si fue producto de la creatividad de los guionistas y la directora del filme. Lo cierto es que en la cinta se dan los 5 pasos básicos para que cualquier ser humano, sin importar su sexo, edad, raza, posición económica, grado académico o creencia religiosa, haga realidad cualquier sueño que tenga.
A millones de Kilómetros, la película recientemente estrenada en Prime Video, narra la historia de José Hernández Moreno —nacido en French Camp, California en 1962—, hijo de padres michoacanos, quien a base de trabajo y dedicación logró su sueño de convertirse en astronauta de la Nasa y viajar al espacio en Agosto del 2009 como parte de una misión que durante 13 días realizó trabajos de mantenimiento en la Estación Espacial Internacional.
En las primeras escenas del filme se ve a un José Hernández, todavía niño, desesperarse al caer y llenarse la ropa y el rostro de lodo mientras cosecha uvas en los campos de California. Su padre acude en su auxilio para ayudarlo a levantarse, y cuando el chico grita su frustración por las condiciones en que vive pues debe combinar el trabajo con la escuela, con la mayor sabiduría posible don Salvador le dicta “los 5 ingredientes del éxito”:
1.- Encuentra tu objetivo
Ya lo decía en el primer siglo de nuestra era el filósofo romano Séneca: “No hay viento favorable para quien no sabe a dónde va”, y así el primer paso, el primer ingrediente en la receta del éxito, es tener un propósito, es decir, una meta que alcanzar, de lo contrario jamás se tendrá en claro qué hacer para lograrlo. Todo empieza por un sueño “al que hay que ponerle pies y manos”, afirmó, ya en nuestro tiempo, el pastor cristiano de Tijuana Fermín García.
2.- Saber a qué distancia estás
Pero antes de ponerle pies y manos al proyecto, es decir, antes de ponerse manos a la obra, hay que medir la distancia a la que se está del objetivo, que bien puede ser en años, en kilómetros, etcétera. Hacer un análisis de nuestra situación actual, saber dónde estamos parados, dónde es nuestra meta de arranque.
3.- Dibujar una hoja de ruta
Una vez que se sabe dónde se está, y por ende qué distancia nos separa de nuestro objetivo, se podrá dibujar la ruta a seguir, el plan de las acciones a tomar.
4.- Si no sabes, aprende
El arquitecto Joel Gámez, un regiomontano empeñado en la capacitación y motivación en Tijuana, suele afirmar que en cuestión de metas lo más importante es querer; porque si no se sabe se aprende, pero si no se quiere… ni aunque se sepa. El cuarto ingrediente en la receta del éxito de don Salvador es capacitarse, adquirir los conocimientos necesarios para alcanzar la meta.
5.- Cuando crees que lo has logrado, aún deberás esforzarte más
El quinto y último paso nos indica que la lucha no termina, que cuando se llega a la meta hay que tomar un respiro, pero después establecerse un nuevo reto y nuevamente aplicar la receta de los cinco pasos. Después de todo la vida es una evolución constante, porque lo que hoy aprendimos quizá mañana sea obsoleto, y si nos dormimos en nuestros laureles todo lo que nos rodea terminará por rebasarnos.
A millones de Kilómetros (A Million Miles Away, en inglés) es una película que estrenó Amazon Prime Video a mediados de septiembre de este año. Es obra de la cineasta mexicana (de San Luis Potosí) Alejandra Márquez Abella y contó con guion de la propia Abella, el costarricense Hernán Jiménez y la germano-estadounidense Bettina Gilois, está disponible en la plataforma de streaming del “recuadro azul con la sonrisa de la felicidad”.
Pero fuera del entretenimiento, y de narrar un hecho real que muestra al espectador que cuando se quieren hacer las cosas no hay imposibles, por muy difícil que sea el camino, encierra las claves para todo aquel que tiene un sueño y quiere hacerlo realidad, no importa si se trata de iniciar una carrera profesional, construir una familia, una casa, poner un negocio o sacar adelante el que ya se tiene.
Es una historia inspiradora que nos hace caer en la cuenta de que realmente el hombre (y la mujer también) es el único ser en el mundo capaz de decidir su futuro, por muy difíciles que sean sus circunstancias, lo cual aparentemente le está negada a las demás especies del reino animal, y ni qué decir de las del reino vegetal y del reino mineral.
Solo es cuestión de decidir qué es lo qué se quiere, planificar cómo alcanzarlo, adquirir los conocimientos que hagan falta e inmediatamente ponerse en marcha, y una vez lograda la meta, establecerse nuevos retos.